-Aparca por aquí, ya hemos llegado, es ahí a tu izquierda- Son las palabras de Alberto.
Puede que mi vista me engañe pero tan solo veo un enorme montículo de zarzas y vegetación salvaje, aunque los chicos me aseguran que debajo de todo eso hay una pequeña mansión, una torre e incluso una capilla. Cuesta creerlo pero fijándote bien, a unos diez metros de altura coronando esa vegetación se puede ver una veleta.
Esto es todo lo que se ve desde fuera |
Estamos aquí un poco de rebote, la ultima villa que visitamos resulto no estar abandonada pero los Galvis que conocen bien la zona recuerdan esta mansión a pocos kilómetros, tan solo necesitan un pueblo de referencia y una foto de google maps para señalar con exactitud el lugar. La única pega es que no hace mucho clavaron las ventanas y el lugar esta prácticamente a oscuras.
La entrada es sencilla. Cruzamos un patio repleto de arboles y vislumbramos vagamente la figura del torreón de la finca, completamente tapado por la hiedra. Pasamos un imponente portal hasta el jardín y aquí ya nadie puede vernos. De nuevo los arboles, la hiedra y las zarzas han creado un conglomerado de vegetación que hace imposible adivinar el contorno del edificio.
Una vez dentro de la mansión, efectivamente vemos que las ventanas están bien cerradas con travesaños de madera así que es hora de sacar las linternas, colocar el trípode y tener algo de paciencia para hacer las fotos.
La planta cuenta con dos grandes salones principales en bastante buen estado para moverse sin peligro. No obstante la habitación del ala este esta prácticamente en ruinas, la humedad ha derrumbado parte del techo y personalmente no me atrevo a pasar de la puerta.
Encontramos un par de habitaciones mohosas mas cuyo suelo no ofrece demasiadas garantías de seguridad, un pasillo que lleva a la cocina con un agujero en el suelo sobre el que han tendido unas maderas y también unas escaleras maltrechas que llevan a la planta baja.
En el extremo izquierdo, cruzando una puerta con unas ostentosas cortinas hallamos lo que debió ser el dormitorio principal, sin duda la parte mas ruinosa del edificio ya que ademas del típico suelo de madera reblandecido por las goteras nos encontramos vestigios de de que la estancia sufrió un incendio. Una chapa de andamio salva un enorme agujero en el suelo, lo suficiente para asomarse a la habitación y el baño. Por un pequeño boquete en la pared izquierda de la sala se podía acceder al torreón, ahora relegado tan solo a guardar apilados los muebles de la vivienda.
La mayoría de las fotos están hechas con exposiciones largas y pintando la escena con una linterna. No es una técnica que domine ni que disfrute, pero a veces es la única forma de hacer algunos disparos en lugares de este tipo.
En un momento dado dos niños saltaron la valla de la entrada y nos dieron un buen susto. Eran vecinos de la zona y solo venían a jugar dentro de la finca y realmente el susto mas grande se lo llevaron ellos al encontrarnos merodeando por el patio. A parte de la anécdota no hubo ningún problema con ellos.
Cruzando sobre algunas zarzas y subiendo unas escaleras se puede acceder a la zona alta de la capilla y muy poco mas, pero lo suficiente para hacer un plano general de esta y contemplar desde arriba la envergadura del patio y el jardín de la finca.
Hasta aquí nuestra visita, la ultima del día. Mañana por diversos compromisos volveremos a España aunque tenemos tiempo de un ver un lugar mas.Teníamos en mente visitar un cementerio de locomotoras de vapor, aunque el tiempo lluvioso y las sugerencias de nuestros compañeros que llevaban toda la semana explorando en Portugal nos hicieron cambiar de plan.
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