miércoles, 6 de abril de 2016
Residencia castrense.
Después de ocho meses sin sacar la cámara a pasear por territorios abandonados, conseguimos al fin sacar tiempo y unirnos a una quedada con nuestros viejos amigos los gemelos Galvache. Aprovechando la festividad de la Semana Santa y que nuestros compañeros se encontraban explorando alrededor de Oporto nos montamos un viaje relámpago junto con el compadre Adolfo con la intención de dedicar dos días a lo que mas nos gusta.
En este viaje sin duda lo mejor ha sido volver a la carretera, ver a los compañeros de siempre y sobre todo conocer otros nuevos. Fotos no nos hemos traído muchas aunque hayamos visitado una docena de lugares no vamos a publicar ni la mitad por distintos motivos, aunque si que pondremos algunas imágenes con alguna reflexión para acompañar.
Tras un largo viaje nocturno, un desayuno todos juntos y una revisita a uno de los lugares mas increíbles que recuerdo nos ponemos en marcha hacia lo que parece un edificio antiguo pero de fachada bien conservada. La entrada y el patio ya delatan cierto carácter militar, aunque esta zona esta cerrada a cal y canto, pero entrar es tan sencillo como pasar caminando por un valla lateral completamente derribada y desde allí sin ser vistos localizar una puerta abierta.
El primer salón apenas cuenta con un mueble de aire antiguo, cortinas blancas y moqueta roja, separado por una gran cortina de terciopelo y creando contraste el siguente salon tiene la moqueta azul y sillones amarillos ademas del piano.
La primera impresión de de ligera decepción, ya que solo encontramos la zona de habitaciones, oscura y completamente vacía, pero cruzando el pasillo y llegando a la cocina la cosa cambia por completo tornándose en enormes salones, algunas habitaciones mas lujosas y por supuesto el piano que no falte.
Dos salones mas completan esta zona. El primero de ellos es el mas completo con muebles y una mesa central. Del techo cuelga un triste lampara completamente desfigurada con velas de imitacion colgando a poca altura.
La sala anexa es la peor tratada por el tiempo tiene una gotera que poco a poco estropea la alfombra y el suelo de madera, es la unoca parte del edificio con estufa y television.
Desde aqui encontramos dos dormitorios, uno de ellos con la cama y el armario desmontados aunque el resto del mobiliario intacto, el suelo estaba cubierto del tipico relleno de las almoadas.
El ultimo dormitorio esta completo y presenta ese toque decadente que tanto nos gusta, aqui la moqueta es de color amarillo.
La primera cocina no era gran cosa aunque luego encontramos esta otra de aire mas antiguo tal como nos gusta. El suelo de esta parte de la vivienda delataba que por aqui transitaban o tal vez pasaban la noche algunos animales.
Hasta aqui nuestro primer contacto con Portugal. Hasta la siguiente.
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