lunes, 23 de diciembre de 2013
Las ruinas de Bonaval.
Se acaba el año y nada mejor que para terminarlo bien, hacer nuestra ultima salida de abandonos, pero esta vez nos olvidamos de largos viajes, rutas y horarios ajustados, simplemente quedamos un montón de amigos y nos damos un paseo por algunos clásicos que nos pillan cerca de casa. Lo mejor, reunirse de nuevo con los compañeros Abandonalia y Lupin, a los que no veíamos desde hace un año, y también Moni, Sole y Luismi que se apuntan a pasar el día con nosotros. Con unos bocatas, unas cervezas y algo de fruta ponemos rumbo a Guadalajara a visitar las conocidas ruinas del monasterio de Bonaval.
Tras aparcar en una explanada de la carretera comenzamos a caminar por una pista forestal en busca del monasterio, que se encontraba a poco mas de un kilómetro, mientras disfrutamos del paisaje invernal. el lugar esta roseado de una valla a la que no le faltan agujeros de entrada, con carteles que nos recuerdan el peligro de desplome de las ruinas.
Tan solo quedan en pie los muros de lo que fuera la iglesia, parte del techo y algunas salas adyacentes, pero aun así el lugar impresiona con las enormes piedras que forman sus columnas, los altos techos abovedados y la densa vegetación que poco a poco va cubriendo este edificio construido en 1164.
Recorremos el lugar sin prisa, buscando los detalles del lugar desgastados por los siglos y disfrutando de la sensación de paz que allí se respira. En ocasiones nos encontramos con alguno curioso que también se ha colado a conocer el lugar. Tras esto volvemos a los coches y nos vamos al pueblo mas cercano a comer algo y echar unas risas, que de eso se trata.
Este es nuestro ultimo reportaje de este año, nos vemos en 2014, ¡Saludos!
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