Ya hemos visto y compartido con vosotros muchas mansiones, palacios, fincas y casas señoriales en los últimos años, pero ninguno como esta que os traemos hoy. Quizás no sea el mas impresionante arquitectonicamente hablando, pero si que es el mas increíblemente completo en cuanto a historia, antigüedades en su interior y decadencia.
Para llegar debemos abrirnos paso a través de un montón de zarzas hasta llegar a la valla de la finca. La ventaja de este acceso es que es casi imposible ser vistos, así que una vez saltamos al interior tan solo hay que vigilar los obstáculos entre nosotros y la casa y no las miradas de los transeúntes.
Pasamos por un agujero en una puerta lateral que nos
conduce hasta un pequeño lagar y después al sótano, el cual veremos mas
adelante, ya que en esta ocasión empezaremos a explorar de arriba a
abajo.
Subimos linterna en mano por unas maltrechas escaleras que
conducen a la cocina y el comedor del servicio, cruzamos hasta el
pasillo principal y subimos las escaleras hasta el ultimo piso, donde
hay luz natural. En este primer vistazo ya somos conscientes de cuan
increíble resulta este lugar.
En esta planta hay multitud de habitaciones abuhardilladas, la
mayoría usadas como almacén, en las que podías encontrar de todo, desde
cabeceros de camas, cofres llenos de ropa o estanterías repletas de
libros. A mi personalmente me sorprendió encontrar un telar en una de
ellas. En otra habitación cercana se había provocado un incendio y tanto
el techo como la habitación en si estaban muy estropeadas.
Probablemente lo mas interesante de esta planta fuera una gran habitación al fondo del pasillo llena de armarios con ropa pero también cientos de periódicos, revistas, cartas y documentos de principios de siglo referentes a temas como la moda de la época, actividades políticas o la marcha de la I Guerra Mundial.
En la primera planta encontramos las habitaciones. Detalles como los muebles con minuciosos adornos labrados a mano, las gruesas cortinas o las propias camas nos hablaban de la familia noble que habito entre estos muros.
Queda aun en esta pequeña mansión gran cantidad de mobiliario y objetos de la época, que al inspeccionarlos de cerca en muchos de ellos podemos encontrar etiquetas de inventario, como si fueran a ser tasados o repartidos como herencia, aunque ahí siguen.
Es fácil encontrar documentos en prácticamente todas las estancias. Especialmente nos llamaron la atención los cuadernos de ortografía de una de las hijas pequeñas, las cartas desde un internado que escribia otro de los hijos a sus padres o un sorprendente atlas de 1890, en el que Europa no se parece mucho a lo que conocemos hoy día.
Existe en un ala de la mansión una pequeña capilla con coloridos cristales y un altar de madera que aun conserva algo de gloria. También tiene un pequeño palco, supongo que para uso exclusivo de la familia.
La sala del piano es sin duda una de las estancias mas increíbles que he visto nunca en un abandono, con paredes cubiertas de papel pintado, grandes cortinas, sillas tapizadas y lamparas de pie entre muchos mas objetos. La mayor pega es que alguien había grafiteado dos garabatos en el lugar. A parte del desgastado piano podíamos encontrar algunos juguetes de la época, como un triciclo y un carrito para muñecos.
Mención a parte merece el caballo de madera decapitado, que capta de
inmediato nuestra atención al entrar a la sala y que por mucho que
buscamos no dimos con la cabeza del equino. Revisando fotos y vídeos de otros exploradores que visitaron el lugar antes, este juguete aun se podía ver completo. Lastima.
El comedor no se encontraba en buen estado, pero aun se pueden observas vestigios de su aire señorial a pesar de los estragos del tiempo y de los visitantes de dudosas intenciones.
Tuvimos la suerte de encontrar la rueda delantera de este triciclo y volver a colocarla en su lugar. Es lamentable que haya gente que se dedique a romper estos objetos tan antiguos.
Nos estamos quedando sin luz pues ya esta anocheciendo. Debería haber aprovechado y hacer mas fotos pero he preferido dejarme llevar por la emoción y recorrer el lugar observando cada detalle y objeto. Un así me llevo buen sabor de boca y aun nos quedan varias estancias por recorrer ademas de explorar el sótano.
La cocina no forma parte del sótano, pero esta en total oscuridad. Resulta increíble encontrar estos fogones de carbón, mas aun con todas sus piezas, un pequeño horno también de carbón y algún electrodoméstico mas moderno.
Aquí hay que tirar del linterna y flash. El sótano es tan grande como la casa y tan solo hay un par de tragaluces sin tapiar para iluminarlo, lo cual resulta insuficiente. El lugar es un almacén enorme, ademas de una pequeña bodega con lagar y una cochera. Aquí hay de todo en cuanto a antigüedades se refiere, desde el carro de caballos que usaba la familia hasta una maqueta del mausoleo donde están enterrados.
Creo que esta visita fue sin duda el plato fuerte de este viaje. También es un lugar para volver una y otra vez solo por verlo, leer documentos y descubrir nuevas curiosidades entre montañas de antigüedades.
Personalmente creo que hicimos pocas fotos y con este reportaje no hemos cubierto
"ni la mitad de lo que vimos, y no vimos ni la mitad de lo que hay". Habría que volver ¿Verdad amigos?
Para terminar no olvidéis pasaros por la web de nuestros amigos de
La Senda del Abandono, tienen un montón de fotos cargadas de detalles de este lugar ademas de vídeos. A ellos un abrazo.