Después de perder prácticamente un día lidiando con una compañía de alquiler de coches, sus absurdas pautas y un montón de problemas conseguimos un vehículo con el que pudimos llegar a este lugar tan increíble. Lo que le convierte en especial es a mi juicio que hablamos de un edificio de un siglo de antigüedad, que no tiene ninguna señal de vandalismo o saqueo, solo el paso del tiempo, pero sobre todo lo que mas llama la atención es el piano que aun alberga en su interior, a día de hoy prácticamente intacto.
Se podría pensar que se trata de un lugar apartado y bien escondido, pero no es así. Esta ubicado junto a una carretera y muy cerca de un lugar de ocio donde había aparcados decenas de coches. A pesar de esto nosotros procuramos ser discretos y no llamar la atención dejando a la vista nuestras intenciones de colarnos dentro.
Encontramos la entrada por la parte posterior del complejo y nos recibe un fuerte olor a cerrado y humedad, ademas de un silencio sepulcral. Una vez que nuestros ojos se han acostumbrado a la oscuridad del interior nos ponemos en marcha para explorar las tres plantas que aparentemente tiene el edificio. Lo primero que encontramos en nuestro recorrido es el renombrado piano. Se encontraba en una sala totalmente vacía, frente a tres ventanales que le daban un aspecto misterioso y nostálgico a la vez. Como ya he dicho antes estaba practicante intacto aunque cubierto de polvo y con una cuerda rota, la tapadera no estaba sujeta al piano ya que había sido desmontada y después colocada de nuevo sin ser fijada como dedujimos después al ver en Internet mas fotos del lugar. Por supuesto sonaba y se podía escuchar por buena parte del edificio.
Algunas partes del edificio se encontraban en mal estado debido a las goteras pero era accesible en su totalidad si se hacia con cuidado o por los accesos mas seguros. Había también puertas cerradas a cal y canto ademas de muebles. Chenko consiguió abrir uno sin forzarlo y encontramos varios frascos de vidrio para muestras, lo mas curioso es que en todos ponía "made in RDA", asi que nos podemos hacer una idea de la época en que abandonaron el sanatorio. Nos llamo la atención que las ventanas no tuvieran apenas cristales rotos y que incluso algunas aun conservaran las cortinas. Los únicos desperfectos fueron algún baño roto y la pintura de las paredes que daba la sensación de ser hojas secas y que dejaba entrever los tonos de las paredes o el papel que algún día las cubrió. También encontramos una buhardilla donde parecía que había estado viviendo alguien hace tiempo.
En ningún momento encontramos palomas u otros animales en el lugar, cosa que también influye en su conservación.
Eso fue todo ya que no tuvimos tiempo de mas debido a los problemas para conseguir el coche, se nos hizo muy tarde y en ese día solamente pudimos visitar este sanatorio y la verdad es que por mi parte quede bastante satisfecho. Con esto nos ponemos en marcha hacia Berlin en busca de nuestra ocasional cerveza y preparándonos para la próxima.