Visitamos una conocida finca que no pude ver entera en mi primera visita. Damos un rodeo en busca de las entradas posibles para al final darnos cuenta que moviendo una roca se podía abrir la puerta principal.
Terminada la visita a la finca que no ofrecía demasiado nos movemos a otra zona de esta donde se encontraba la vivienda de los dueños y varios establos de ganado. Aprovechamos los bancos y la sombra de los pinos de lo que debió ser un precioso jardín para comer algo y reponer fuerzas. Después al echar un vistazo a la casa en cuestión descubrí que lo poco que quedaba lo habían destrozado, así que pasamos al siguiente lugar.
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