Abandomingo III
Después de visitar algunos de los grandes abandonos mas clásicos y conocidos por la gente del gremio, voy a cambiar completamente de tercio y a dedicar unas cuantas entradas en este blog a lugares mas pequeños, discretos, desconocidos e incluso nunca explorados, pero que pueden competir en encanto con cualquier gran abandono e incluso sorprender mucho mas.
Esta vez se trata de un cine, aunque mas preciso seria decir medio cine, ya que la zona de la pantalla y parte de las butacas fue vendida y ahora es una frutería, aunque el lugar aun tiene mucho que mostrar como viereis a continuación.
En esta ocasión cuento con un compañero de excepción: Dudupeich. Principiante en el mundo de los abandonos, blogger y amigo de toda la vida. El fue quien me comento la existencia de este cine y me puso sobre la pista para encontrar al dueño de esta joya. Al cabo de dos días ya teníamos una cita con Antonio el propietario del lugar para hacer nuestra visita, como siempre cámaras en mano.
Comenzamos por el vestíbulo. Mientras los ojos se acostumbran a la escasez de luz y el olor a cerrado nos invade, Antonio abre una puerta para conseguir algo de iluminación. Lo primero en lo que me fijo es en los paneles de corcho donde antaño se debieron colocar los carteles de la películas que se proyectaban así como las novedades. En la pared de enfrente había cantidad de grapas que hacían suponer que allí también se colgaban carteles. Al mencionar este detalle Antonio nos sorprendió sacando cantidad de carteles de cine de varios formatos y fechas, pero ninguno bajaba de la treintena de años. Ni que decir tiene que nos quedamos con la boca abierta.
La taquilla estaba tapiada para evitar a los vándalos de turno y el acceso a la sala se llevaba a cabo mediante tres puertas, una central de entrada y dos laterales de salida. Pero sin duda lo mejor del vestíbulo era el bar que aun tenia botellas de la época, algunas llenas y una maravillosa radio que, aunque no había luz, se nos aseguro que aun funcionaba.
Seguimos por una de las puertas hasta la sala de butacas, aquí el abandono se hace mas evidente por la cantidad de polvo tanto en el suelo como en los asientos, además de la obra que se llevo a cabo para dividir el cine. A pesar de esto el lugar se encuentra en buen estado y nos deja unas buenas imágenes con aire nostálgico, aunque debido a la falta de luz y la calidad de nuestras cámaras he tenido que forzar un poco el HDR en alguna de las tomas.
Por ultimo subimos a la segunda planta, donde se encuentra el palco, la sala de montaje y el proyector, cosa que estaba deseando ver desde que me levante esa mañana. Los que leéis este blog ya sabéis que siento debilidad por las maquinas antiguas, pero lo que aquí encontré superaba todas mis expectativas.
Desde el placo se podía llegar a imaginar el tamaño real del cine a pesar de la pared de ladrillo y chapa que lo cortaba. También debo decir que el lugar se construyo al rededor de 1954 y se cerro en los años ochenta, a pesar de llevar tanto tiempo abandonado se conserva muy bien, gracias en parte a las gruesas paredes de casi un metro de grosor que lo sustentan.
Con un poco de suerte y tiempo intentaremos conseguir fotos del momento de su construcción así como de cuando estaba funcionando.
Pasamos a la sala de montaje de la cual aun se conserva la mesa donde se enrollaban los royos de película para su posterior montaje en el proyector. Cada royo equivalía a una hora de película y debían ser cambiados a mitad de proyección en filmes largos, momento que el espectador aprovechaba como descanso.
Por fin llegamos a la habitación del proyector. Es un lugar pequeño que alberga la maquina, amplificadores y módulos para el sonido, en algunos lugares dábamos con la cabeza en el techo.
La verdadera joya del lugar aun se conserva intacta y aunque apenas hay espacio ni luz intentamos sacar las mejores imágenes posibles. Esta maravilla no usaba ningún tipo de lampara, la luz para proyectar la película la producía un electrodo de 8 milímetros de una aleación de carbón con tungsteno o manganeso que generaba un arco eléctrico dentro de una cámara de combustión. Esta parte del proyector estaba conectada un excitador eléctrico muy similar a un equipo de soldadura. La luz producida era concentrada por un espejo cóncavo hacia el objetivo de la maquina de enfoque manual. El royo se movía gracias a un motor de 120 voltios a cincuenta rpm controlado también de forma manual. Para el sonido se usaban dos toscos amplificadores estéreo.
Según nos comento Antonio quisieron comprarle en una ocasión esta maquina pero no quiso venderla por que prefería tenerla de recuerdo.
-Yo habría hecho lo mismo, le conteste.
Por supuesto el establecimiento contaba también con cine de verano, solamente que ya no existe. La zona desde la cual se proyectaba hacia este lugar es la única que presenta un estado un poco ruinoso de todo el lugar que como ya he dicho esta bien conservado.
Y aquí termina nuestra visita.
Una vez abajo y con muy buen sabor de boca recogemos el equipo y para nuestra sorpresa Antonio nos regalo una veintena de carteles que habíamos visto antes.
Para terminar tengo que dar el mayor de los agradecimiento a Antonio por mostrarnos el lugar, por responder a nuestras preguntas, por su paciencia y por los regalos.
A las personas del trabajo, que me ayudaron a encontrar la información necesaria y me contaron cantidad de cosas interesantes del lugar.
Y por su puesto a Dudupeich por acompañarme con las fotos y por que ya es uno mas de Maquinas y escombros.
Las fotos fueron hechas con una nikon F-801S, una nikon coolpix y una canon power shot G5.
Menuda pasada ese proyectos, eso es una autentica joya. La verdad es que si conociera a los dueños de todos los sitios cerrados que tengo fichados no me quiero imaginar lo que podria salir de ahi, tengo un cine que tiene que ser gloria pero claro... ya depende de la persona propietaria.
ResponderEliminarMe ha cautivado este reportaje, para mi gusto el mejor tuyo por el momento. Saludos.
muy bueno! nanotxenko i compañia!
ResponderEliminarme encanta el proyector! y la zona de butacas.
ahora entiendo! el final de la historia!
la otra mitad es una fruteria! jajaja
saludos!
Grandes fotos y gran procesado!Me gusta mucho el lugar!Gracias por compartirlo!
ResponderEliminar¡Gracias a ti hombre!
ResponderEliminarTe ha quedado genial el reportaje.
Tenía muchísimas ganas de ver este lugar y encima va el hombre y nos regala esos carteles después de aguantarnos estoicamente allí durante una hora, ¡¡¡que grande Antonio!!! y ese proyector...
Hay que planear otra excursión pronto ¡Quiero más!
La ostia. Que bueno. Alucinante el "cinexin".
ResponderEliminarNunca dejaré de sorprenderme con tu blog, Nano.
Que caña! Muchas veces sólo hay que pedir para poder entrar a los sitios. Os invito a visitar un blog sobre un proyecto centrado en cines (aunque está en mallorquín lo que importa son las fotos): projectesessiocontinua.wordpress.com
ResponderEliminarVoy a añadir vuestro enlace a mi web de urbex. Salud!