jueves, 3 de febrero de 2011
El pequeño Versalles en ruinas.
Se trata de un pequeño palacio de estilo versallesco ubicado en un pequeño bosque. Aunque es muy conocido y esta en un estado ruinoso, por ahora no voy a dar datos sobre el ni sobre su historia, aunque me muero de ganas de hacerlo. De momento tenemos buenas razones para preservar esta ubicación, aunque como ya he dicho esta en ruinas y saqueado a mas no poder.
Con sus mas de cien años esta joya sigue aguantando en pie a pesar de su ruinoso estado. Paseando por su interior con extremo cuidado aun se pueden ver e identificar cientos de detalles de su arquitectura que nos dan una idea del su esplendor pasado.
En el interior podemos encontrar a parte de sus enormes salones con chimeneas, varias habitaciones, baños y una de las cocinas, todo esto unido por pasillos ubicados en cada ala del edificio.
La segunda planta es prácticamente intransitable ya que no existe escalera alguna que nos conduzca hasta allí, amén de que la mayoría de las habitaciones la la primera planta se han hundido con el paso del tiempo.
Los alrededores del palacio albergaron alguna vez una pequeña colonia obrera y una capilla de la que hoy solo quedan algunos vestigios.
Vale la pena darse un paseo por los alrededores y contemplar lo que antaño fueron unos increíbles jardines con arboles centenarios, setos y plantas tropicales. el interior es un peligro ya que el suelo es de madera y se va hundiendo poco a poco debido al agua y los escombros, ya que el techo fue saqueado también y eso es algo que acelera el declive de estos lugares.
Eso es todo, al vez un día os cuente algo mas de este maravilloso lugar.
Un saludo.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Base militar de transmisiones.
Un paseo por Teruel III
Seguimos nuestras andanzas por tierras turolenses, sin prisa pero sin pausa. Esta vez vamos a ver una base militar de radares de los años 70 que quedo abandonada hace mas de diez años y que os podéis imaginar el estado en el que se encuentra.
Para acceder al lugar lo hacemos por una estrecha carretera llena de curvas entre montañas que asciende hasta la cima donde se encuentra situada la base. Unos 1580 metros sobre el nivel del mar, según he leído. No son mas de diez kilómetros hasta llegar al lugar que resultan infernales, debido a la inclinación del terreno y a la lentitud a la que subimos y un servidor se preguntaba si valdría la pena mientras revisaba cada nuevo recodo del camino en busca de la cima.
Una vez arriba no dejan de sorprendernos las gigantescas antenas que aun se conservan. Ya dentro podemos comprobar que alguna de estas antenas ha sido desmantelada y otra esta cortada y tirada por el suelo. El lugar esta completamente vacío y los vándalos... digamos que se han quedado a gusto, como siempre.
Como ya se intuía, el lugar no ofrecía gran cosa a parte de las antenas, explorando un poco solo encontramos edificios completamente diáfanos, destrozados y llenos de pintadas. Llama la atención la sala de generadores donde aun quedaban partes de los motores y la maquinaria.
Pese a ser una base abandonada había un repetidor de Protección Civil aun en funcionamiento. Además había también un helipuerto, un campo de fútbol y poco mas que valga la pena mencionar, a pesar de ello nos fuimos bastante satisfechos, aunque echando de menos el poder encontrar algún detalle mas que fotografiar.
Bajamos de nuevo por la renombrada carretera, esta vez con mas ganas, para buscar un sitio donde comernos el bocata de rigor, tomarnos un café y planificar el camino para llegar al lugar donde pasaremos la noche antes de nuestra ultima visita a la mañana siguiente.
Ya hemos salido de Teruel y esta vez avanzamos dirección sur por una autovía de sobra conocida de un anterior viaje, por ello y puesto que aun quedan algunas horas de luz decidimos buscar una fabrica de piensos que encontramos en aquella ocasión y que no se pudo ver.
Se trataba de una granja de cría y engorde de ganado y que además contaba con un edifico de oficinas y dos pequeños laboratorios, uno supongo para practicas veterinarias y otro para control de aditivos para los piensos que se fabricaban también en este mismo sitio, que, aunque interesante, no tenia demasiado encanto, ya que eran unas instalaciones relativamente nuevas y abandonadas hace apenas un par de años. Después de recorrer el lugar, montamos en el coche y esta vez si nos vamos en busca de donde pasar la noche, a medio camino entre nuestras casas y los abandonos que acabamos de ver pero muy cerca del ultimo objetivo planificado del viaje.
Seguimos nuestras andanzas por tierras turolenses, sin prisa pero sin pausa. Esta vez vamos a ver una base militar de radares de los años 70 que quedo abandonada hace mas de diez años y que os podéis imaginar el estado en el que se encuentra.
Para acceder al lugar lo hacemos por una estrecha carretera llena de curvas entre montañas que asciende hasta la cima donde se encuentra situada la base. Unos 1580 metros sobre el nivel del mar, según he leído. No son mas de diez kilómetros hasta llegar al lugar que resultan infernales, debido a la inclinación del terreno y a la lentitud a la que subimos y un servidor se preguntaba si valdría la pena mientras revisaba cada nuevo recodo del camino en busca de la cima.
Una vez arriba no dejan de sorprendernos las gigantescas antenas que aun se conservan. Ya dentro podemos comprobar que alguna de estas antenas ha sido desmantelada y otra esta cortada y tirada por el suelo. El lugar esta completamente vacío y los vándalos... digamos que se han quedado a gusto, como siempre.
Como ya se intuía, el lugar no ofrecía gran cosa a parte de las antenas, explorando un poco solo encontramos edificios completamente diáfanos, destrozados y llenos de pintadas. Llama la atención la sala de generadores donde aun quedaban partes de los motores y la maquinaria.
Pese a ser una base abandonada había un repetidor de Protección Civil aun en funcionamiento. Además había también un helipuerto, un campo de fútbol y poco mas que valga la pena mencionar, a pesar de ello nos fuimos bastante satisfechos, aunque echando de menos el poder encontrar algún detalle mas que fotografiar.
Bajamos de nuevo por la renombrada carretera, esta vez con mas ganas, para buscar un sitio donde comernos el bocata de rigor, tomarnos un café y planificar el camino para llegar al lugar donde pasaremos la noche antes de nuestra ultima visita a la mañana siguiente.
Ya hemos salido de Teruel y esta vez avanzamos dirección sur por una autovía de sobra conocida de un anterior viaje, por ello y puesto que aun quedan algunas horas de luz decidimos buscar una fabrica de piensos que encontramos en aquella ocasión y que no se pudo ver.
Se trataba de una granja de cría y engorde de ganado y que además contaba con un edifico de oficinas y dos pequeños laboratorios, uno supongo para practicas veterinarias y otro para control de aditivos para los piensos que se fabricaban también en este mismo sitio, que, aunque interesante, no tenia demasiado encanto, ya que eran unas instalaciones relativamente nuevas y abandonadas hace apenas un par de años. Después de recorrer el lugar, montamos en el coche y esta vez si nos vamos en busca de donde pasar la noche, a medio camino entre nuestras casas y los abandonos que acabamos de ver pero muy cerca del ultimo objetivo planificado del viaje.
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