Caudilla

  Todavía recuerdo la primera vez que visite este pueblo abandonado. Era verano, y nos juntábamos todos lo colegas del pueblo con nuestras bicis para pasar las tarde cada día en un sitio distinto. Me acuerdo que ese día nos metimos en el castillo, en el colegio y en alguna casa además de subir hasta el campanario de la iglesia por unas mas que precarias escaleras de madera. Tenia 12 años entonces.

  Hoy en día la realidad es muy distinta: El castillo se cae a pedazos y esta alambrado el perímetro para que nadie se acerque, la iglesia ha sido saqueada y destrozada a conciencia, y su estado estructural va de mal en peor de tal manera que en mi ultima visita la habían tapiado entera. En la calle principal aun quedan casas en pie, aunque a algunas les falta el techo y a otras las escaleras.

   Llama la atención una finca con tres edificios en la cual encontramos un edificio para fines de ganadería y almacenamiento de grano. También dentro de este hay un palomar.

   Otras de las casas de esta finca da a la calle aunque no es posible entrar por ahí, sin embargo dentro de lo que es el abandono esta es la casa que mejor se conserva. No es muy grande pero si alta y de pasillos estrechos lo que produce una ligera sensación de angustia.

Aun conserva el baño y la cocina además de algunas lamparas.

El tercer edificio de la finca esta tapiado y se ha hundido la escalera del segundo piso.

Avanzando por la única calle del pueblo podemos encontrar desde un granero hasta una enorme corrala para fines de agricultura. Se puede entrar a todos estos lugares, las puertas están abiertas (los que las tienen). En esta calle hay un par de casas que han sido reformadas y a veces en verano o en fines de semana se ve algún coche aparcado frente a ellas.
  Al final de la calle nos encontramos el castillo del cual solo queda un trozo de pared y una torre que corona la figura de un santo.  Nunca se ha hecho nada para su conservación simplemente ha sido alambrado para evitar el acceso de personas y así estará hasta que se caiga del todo.

   Seguimos paseando, esta vez en dirección a la iglesia, que como ya he comentado antes ha sido tapiada hace muy poco, aunque en su interior ya no había nada de interés, por no decir que el peligro de derrumbe es inminente.

Como dato curioso decir que las puertas de la iglesia de Caudilla fueron desmontadas, restauradas y puestas en una ermita de un pueblo cercano